ENSEÑANZAS DE FIN DE SEMANA I: POLÍTICA = PROBLEMAS

El pasado fin de semana hubo dos sucesos que dieron mucho de que hablar en los medios de comunicación y en las redes sociales, sucesos que por la magnitud que alcanzaron sencillamente era imposible que nos pasaran inadvertidos.

El primero de ellos fue en el terreno deportivo, se trata de la pelea de Juan Manuel Márquez ante Manny Pacquiao, la cuarta entre ambos peleadores y la única que no tuvo -o ha tenido porque ya hay quienes hablan de una quinta- una decisión polémica tal como sucedió en las anteriores, en especial la tercera, disputada en noviembre del año pasado y en la que sencillamente fuimos testigos de un robo -con todas sus letras- de los jueces al peleador mexicano.

Esta vez no hubo polémica gracias a que no fue necesario llegar a las tarjetas de los jueces para conocer al ganador. Supongo que todos sabrán -como dije, creo que era imposible que el resultado pasara inadvertido- que Juan Manuel Márquez noqueó en el sexto round al 'todopoderoso' Manny Pacquiao quien de manera obligada tuvo que tomar una siesta que comenzó en el último segundo de ese episodio.

No voy a hablar de la pelea -pueden leer mi crónica aquí- pero si de lo que vino después. Sin mayor problema puedo decir que Juan Manuel Márquez es -junto a Miguel Cotto- mi peleador favorito pero creo que al término de la pelea se equivocó en sus declaraciones o mas bien, con sus dedicatorias. Si alguien se pregunta "¿Qué dijo?", fácil. Le dedicó el triunfo a los aficionados, a todo México y "al nuevo Presidente", es decir, a Enrique Peña Nieto.

No tengo nada contra Peña Nieto y como dije antes sin problema puedo decir que mi voto en las elecciones pasadas fue para él, sin embargo me parece que Márquez, aún cuando su preferencia política es por demás conocida se equivocó. Y no porque crea que le rompió el ccorazoncito a algunos izquierdistas o a la bola de revoltosos que podrían haber estado viendo la pelea, sino porque creo que el deporte no debe mezclarse con la política, y porque nunca me ha parecido que figuras públicas hagan mención de sus preferencias políticas porque de alguna u otra forma pueden con ello influenciar a sus seguidores.

Creo que en el momento en el que todos 'amaban' a Juan Manuel Márquez, algunos miles pasaron del amor al odio en unos segundos debido a la dedicatoria a Peña Nieto. De hecho lo platicaba con un amigo -no izquierdista pero si 'revolucionario'- el pasado domingo. ¿Qué habría pasado si su dedicatoria hubiera sido hacia el cada vez menos popular 'Mesías Tropical' o de apoyo a nuestros modernos 'revolucionarios'?. Seguramente no le habrían hecho tanto escándalo a esta situación.

Creo que está mal en ventilar de esa forma su preferencia por el Partido Revolucionario Institucional -en la anterior pelea con Pacquiao incluso tenía el logo en el calzoncillo- pero creo que están igual de mal personas como Juan Villoro -a quien admiro mucho-, Blue Demon Jr., Demian Bichir e infinidad de actores, músicos, escritores que sin más ni más -tal como hizo Márquez- hablan de política cuando no va necesariamente de la mano con su actividad.

Por poner un ejemplo, si hay un cronista deportivo al que sigo porque sus comentarios me parecen atinados quiero leerlo por esa razón y no porque le guste determinada tendencia política o simpatice con alguno de los partidos. En lo personal me dan igual las preferencias políticas de cada quien y creo que cada uno tendrá sus razones para creer en determinado partido o político pero aún cuando coinciden con la mía no creo que sea algo que deba tomar como bandera o que se deba utilizar pensando quizá en quedar bien.

Ahora, eso no cambia -o no debería cambiar- la opinión que alguien pudiera tener de él, y mucho menos el gran peleador que es. Como boxeador, Juan Manuel Márquez es histórico y es el único que le ha plantado cara a Manny Pacquiao no una vez, sino en cada una de las cuatro ocasiones que se encontraron arriba de un cuadrilatero ganándole al menos en tres ocasiones -la primera pelea pudo inclinarse a cualquier bando pero en las otras fue mejor-, sin embargo se equivocó y creo que debió ser más mesurado en sus palabras.

Bien lo dicen por ahí, hablar de política o de religión es, en la mayoría de los casos, meterse en problemas de gratis y aunque estoy seguro que a Juan Manuel Márquez no le preocupa en lo absoluto, hoy muchos jóvenes 'revolucionarios' -insisto- lo ven como uno más de los 'traidores' a la patria. En fin, lo bueno, es que yo no soy figura pública, ni líder de opinión, entonces yo si puedo hablar de la 'polaca'.