A PROPÓSITO DE LA VISITA DE BENEDICTO XVI

El día de ayer publiqué aquí, una tira de Augusto Mora y un video con una versión 'alternativa' del tema 'Amigo' de Roberto Carlos, actualizada en relación a la visita de S.S. Benedicto XVI a México. En ese post mencioné que diría mi opinión al respecto en otro post, y si, éste es ese 'otro post'.

Me parece que lo publicado ayer deja en claro mi postura en torno a la iglesia católica y a la cabeza de ésta, es decir, el Vaticano y desde luego, el Papa. Bien, antes que nada he de decir que independientemente de lo que pienso, siempre he sido un tipo al que le gusta respetar las creencias u opiniones de los demás, pero el hecho de que lo haga no quiere decir que vaya a callar mi opinión porque evidentemente también a ésta -equivocada o no- la respeto.

Hablar de religión es dificil porque al igual que la política es un tema bastante espinoso en el que -como suele pasar también con el futbol- siempre hay roces por las diversas opiniones que hay en relación al tema y porque inexplicablemente la gente suele apasionarse demasiado o exaltarse de más cuando se dice algo que no les gusta o que no comparten.

Evidentemente yo soy de esos NO creyentes a los que la visita de Benedicto XVI a México sencillamente le da igual. Y si, algunos dirán que dedicarle un par de posts no denota eso, pero el que lo haga no es porque me moleste la presencia del señor en nuestro país, sino toda la hipocrecía y la doble moral que hay en torno a eso, además, desde luego del fanatismo en relación a la religión, en este caso, la católica.

He de confesar que cuando estaba en la primaria y en alguna ocasión vino de visita S.S. Juan Pablo II, yo llegaba a casa y me ponía a ver -estando solo en el lugar- la cobertura de ese evento y la gira que dio en esa ocasión por varias ciudades del país; de igual forma que como todo niño era enviado al catecismo y que a mi madre a la fecha, no le gusta lo que muchas veces he dicho sobre una religión que ella -sin clavarse tanto- profesa. También he de confesar que Juan Pablo II me 'caía' bien, ya que denotaba una imagen muy diferente a la de su sucesor, aunque esto claro, puede o pudiera deberse meramente a una cuestión de apariencias y no de la forma de ser de las personas.

Lo que me molesta del Vaticano y de la iglesia católica es tanta hipocrecía y tanta falsedad. ¿Cómo olvidar las declaraciones de Benedicto XVI cuando en la Navidad pasada externó su molestia porque la gente había olvidado el verdadero significado de esa festividad diciendo que ahora sólo se fijaban en las cosas que brillaban?. Es cierto si, pero ¿Cómo olvidar que cuando lo dijo sentado en su trono de oro?.

Seamos honestos, todos sabemos que hoy en dia la religión y la fe son un negocio redondo, a grado tal que el estado más rico del mundo es precisamente El Vaticano, esto gracias a las donaciones y limosnas que se generan en cada iglesia del mundo, por muy pobre que sea ésta o la comunidad donde se encuentra. Además, todos sabemos que país es el que más dinero envia cada año al Vaticano: México.

¿Alguien cree que se pudo gestar una visita del Papa a nuestro país solo porque le caemos bien a éste?, o bien ¿Que Benedicto XVI vino a México porque nuestro país es "siempre fiel"?. No, el Papa no vino de gratis, ni porque los mexicanos tengamos un lugar especial en su corazón, ni en el del su antecesor. Sonará crudo para algunos pero la realidad es que el Papa vino por una sola razón: Dinero.

La iglesia católica ha estado envuelta en escándalos alrededor del mundo y en nuestro país no ha sido la excepción, sin embargo los creyentes suelen minimizar esos escándalos argumentando que todos hemos pecado. Y si, es cierto, nadie es un santo; ni el vecino, ni 'Su Santidad', ni la abuelita de Batman, ni yo, pero las personas comunes que 'pecamos' no juzgamos, satanizamos, ni condenamos al infierno a los demás al tiempo que hablamos del amor que Dios nos profesa a todos y decimos que todos somos 'hermanos'.

Tampoco profesamos el amor por toda la humanidad mientras contamos nuestros billetes viendo que mucha gente vive en extrema pobreza o muere de hambre alrededor del mundo en países que aportan dinero a nuestra fortuna mientras nos sentamos en nuestras sillas de oro a hablar del amor del 'Señor'. ¿No podría el Vaticano usar parte de lo mucho que tiene para ayudar a la gente necesitada?. ¿Por qué hacerse de la vista gorda y hablar del amor del 'Señor' cuando ellos solo están para acercarnos a éste a cambio de alguna moneda -o billete-?.

La iglesia y la religión son simplemente un negocio y la fe de las personas es el producto que la iglesia católica explota a la perfección para generar ganancias. Y así como los católicos tienen el derecho a expresar su fé o hablar de sus creencias, los que no lo somos tenemos el derecho a decir lo que pensamos de este tema, así como de cualquier otro. Si se nos dice que estamos mal por esto, sencillamente estaríamos ante un penoso caso de descalificación y del clásico "está bien porque yo lo digo y pienso así". ¿Alguien podría decirme que Benedicto XVI y su comitiva no vinieron porque nos costó a TODOS los mexicanos -creyentes o no-?. Aquí espero.