Como mencioné hace un par de semanas, el pasado 26 de Marzo asistí al Estadio Azteca a presenciar un partido entre la Selección Mexicana y la Selección Norteamericana -ambas de Futbol, por si a alguien le quedaban dudas-.
Se trataba de un partido eliminatorio rumbo a Brasil 2014 ante el rival más odiado, aquel que hace algunos años pretendió tomar el mote de 'Gigante' de la Concacaf y que representa a un paìs en el que sin importar de que se hable cuenta con un sentido de superioridad que le caga a todo el mundo.
El Estadio Azteca estaba a reventar y la expectación por ver de nueva cuenta al rival con el que nunca se quiere perder y con el que se cayó en casa tras 75 años en un amistoso disputado en agosto de 2012 era grande, más por el mal arranque del 'Tri' en el Hexagonal Final, mismo que antes de este encuentro era el peor de la historia -y que despuès del mismo tambièn lo era-.
Del partido hay poco que platicar. El 'Tri' intentó si, pero poco pudo hacer ante un rival que apostó por el empate y que en base a un gran orden defensivo secó a un equipo sin idea y que en apariencia tiene a un técnico que no le quiere poner lo que dicen los cronistas "hay que poner". Al margen del partido y de lo que este ofreció, el poder estar en el Azteca después de casi año y medio de no hacerlo fue bueno.
Y es que ahí viví muy buenos momentos en compañía de amigos y de un equipo que solía jugar como local en el 'Coloso de Santa Úrsula', y que por cierto, hoy vive el peor momento de su historia de 89 años... y vaya que eso ya es mucho decir. Desde mi asiento en 'Especial Bajo' -nunca me ha gustado estar en la parte alta del estadio a 'kilómetros' del campo- aprendí y recordé muchas cosas.
Aprendí que la mayoría de los aficionados mexicanos siguen confundiendo la identidad nacional con el patrioterismo y que no entienden que cuando se trata de futbol no hay enemigos si no rivales. El ser testigo de cómo se abuchearon las primeras notas del Himno Nacional de los Estados Unidos fue lamentable.
Y es que cuando México va a jugar a Centroamérica -en Honduras y El Salvador, principalmente- diera la impresión de que los está invadiendo un enemigo, y lo que no deja de ser un simple partido de futbol termina convirtiéndose en una guerra, situación de la cual nos quejamos y pareciera que copiamos a la vez cuando el que está enfrente es nuestro vecino del norte.
En lo personal me parece que hacer eso es pensar en chiquito ya que la 'guerra' que arman en aquellos países se debe a que México es el rival a vencer en la zona y creo que ni a Estados Unidos, ni a otro debiéramos verlos nunca de esa forma. La Selección Mexicana debe ser el rival a vencer de todos, incluyendo de los norteamericanos, y no al revés.
Esa noche aprendì que asì como la gente es mierda en un partido de la Liga MX lo es por igual en uno de Selecciòn Nacional. Y si, vì playeras de varios equipos de nuestra liga sin que como suele pasar quienes las portaban se voltearan a ver feo y se gruñieran dientes para adentro. Sin embargo no fue igual con algunos aficionados norteamericanos quienes al igual que uno compraron un boleto, sacaron su bandera, se pusieron su camiseta y se encaminaron rumbo al Azteca.
Entiendo que se les grite, que en tèrminos futbolìsticos se les 'cargue calor', pero de eso a que sin razòn aventarles cosas o bañarlos en cerveza solamente porque no nacieron en el mismo paìs que uno o no traen la misma camiseta sencillamente me parece una aberraciòn. Si, son gringos y lo que quieran. Si, pueden ser unos de esos gringos por los que nuestros vecinos del norte nos caen mal, pero eso no justifica que nos comportemos como animales.
Esa noche aprendì que es por esa clase de personas que a todos los que gustamos del 'Juego del Hombre' nos suelen catalogar como el clàsico 'naco pambolero' y que aquellos jodidos en Especial Alto y General no son capaces de comprender que todo lo que tiran para abajo le cae a otros que al igual que ellos son mexicanos. Digo, si no quieren que les diga jodidos, pues que le lancen màs fuerte a ver si la pròxima vez si llega su basura a la cancha... ¿no?.
Ahí va el aguaaaaaaaaa! Sabes, yo entiendo que hagamos bromas a costa del equipo rival, en el fubol siempre es así, pero fíjate que un día fui a ver a mi amado azul (cruz azul) al estadio azul, iban contra pumas, y no se me va a olvidar que iban un par de chamaquillos como de 15 años con la playera de pumas y un par de pseudo aficionados del azul (3 gandules como de 25 años) los molestaron, les quitaron sus bufandas, los aventaron y hasta los andaban zarandeando, si les dije sus 2-3 palabrillas y se alejaron mentandome la madre y diciéndome pendejada y media y hasta "traidora" o "villamelón", el hecho es que por esos pseudo aficionados todos los "cruzazuliños" somos nacos, por unos cuantos de la rebel todos los pumas son nacos, por unos cuantos de la monu, todos los americanistas son nacos (bueeeno) y pues el espíritu del fútbol no es así, es un rival, pero al final en eso queda, es un juego!
ResponderBorrarEn fin, creo que ya debrayé bastantito, saludos!
Yo por eso... no veo el fut! Jajajaja! Coincido mucho con tus opiniones de los párrafos 6 y 10. Ahora, imagina que allá vamos (van, por que yo no iría a eso, pero es suposición) a un estadio de LA a enfrentarnos con USA y se mofan de nuestro himno: de "pinches gringos racistas y culeros" no los bajaríamos.
ResponderBorrarPero, creo que esto del deporte siempre es así. El equipo contrario se vuelve no sólo rival, sino enemigo mortal. Y no sólo en deporte sino en muchas facetas de la vida donde cada lado tiene sus adeptos a morir: PC vs Mac, vinil vs MP3, Windows vs Linux, DivX vs Avi, Marvel vs DC, Rock vs Pop, y un larguísimo etc.
Igual que Pinketronic, creo que ya me pasé al debraye...
Brother
ResponderBorrarMe vino a la memoria mi niñez, cuando mi Papa nos llevaba al Estadio Azteca, a ver los partidos del Cruz Azul (equipo favorito de su esposa), ir al Azteca era una excelente ocasion de convivencia familiar, en un ambiente muy tranquilo, con fanaticos de ambos equipos conviviendo y (dentro de lo que cabe)respetando al rival.
Alguna vez nos acompaño un amigo de la familia, con sus hijos, y al final del partido se acerco a la porra del Cruz Azul, para pedirle al que llevaba la bandera Gigante si se la podia vender, ya que su hijo era fanatico del equipo, el cuate se le quedo viendo y le dijo: si tu hijo es fanatico del Cruz Azul entonces te regalo la Bandera! .... creo que (tristemente) esos tiempos ya se fueron.. Saludos