Necaxa jugó con 9 la mayor parte del encuentro -la doble amarilla fue para Luis Francisco García y en nuestra alineación figuraba Alonso Sandoval- y se fue abajo apenas en el minuto 14. En ese momento, la ultima noche necaxista en Primera parecía tornarse gris desde ese momento pero el apoyo nunca cesó y el equipo nunca dejó de pelear.
En la cancha se empató, pero la notoria minoría rojiblanca en la tribuna goleó a la afición local y a las bocinas del estadio. Necaxa descendió pero se fue arropado por su gente, por su verdadera afición que no paró el apoyo nisiquiera cuando el equipo ya había ingresado a los vestidores al término del encuentro. Lo que hizo la afición de Necaxa valió para el aplauso del equipo en especial el de el capitán e indiscutido ídolo Pablo Quattrocchi. La afición tuza e incluso algunos periodistas en cancha aplaudieron a los aproximadamente 500 necaxistas que estábamos en la tribuna visitante del Estadio Hidalgo y aplaudieron como reconocimiento a la entrega de la afición con el equipo.
Por supuesto no todo fue bueno y no, no me refiero ni a Necaxa o sus aficionados, si no a aquella gente que va a un estadio solo a buscar pleito o a molestar a la afición visitante. En especial un grupo de unas 10 personas que estaba cerca de la valla de policías y que estaba provocando -ante la complacencia de la mal llamada autoridad- a una afición que iba a lo suyo y que salvo algunos casos no se dejó llevar por las provocaciones. Curiosamente parte de ese grupo de personas al final eran de los que aplaudían al apoyo que recibió Necaxa.
Por ahí había todavía algunas personas que intentaban burlarse diciéndonos con señas "adiós" entre ellas un conductor de televisión y analista de finanzas que bien le podría hacer un monumento a las inyecciones: David Páramo que estaba jode y jode desde su palco detrás de nosotros. A él solo le dije que soy su papá y ya xD. A otro le hice algunas señas nada mas.
Mostro nos ofreció 'ride' de regreso y de inmediato salimos con rumbo al DF. El camino además de haberse realizado en menor tiempo fue más ameno al platicar entre 5 que entre 2, además yo no me puedo quejar porque yo venía adelante, la ventaja de ser el más alto -exceptuando a quien manejaba- y el más gordo -el de huesos más grandes-. Llegamos al Metro Río de los remedios de la Línea B -estación y línea desconocidos por un servidor- y de ahí el traslado fue rápido a Pantitlán, donde pasaron a recogernos y entregarnos en casa.
Alrededor de la medianoche del sábado, estábamos ya en casa con el gusto de haber estado nuevamente rodeados de amigos y de haber visto a nuestro Necaxa una vez más, recordando el gran ambiente que pusimos todos los necaxistas presentes en el Estadio Hidalgo. En julio comienza otra aventura en la de ascenso, pero comenzará con el mismo corazón rojiblanco y con la camiseta bien puesta en su lugar.
Por lo pronto, quedo claro que la afición de Necaxa está en la capital.
Fin.
Tu si eres necaxista de corazón, te felicito.
ResponderBorrar@ Malquerida
ResponderBorrarDicen que si alguien va a hacer algo lo tiene que hacer bien ¿no?. en este caso lo que hago es apoyar a Necaxa y lo hago -creo- bien. Intentaré hacer lo mismo con este decadente blog.
Besos!