CRÓNICAS DE UN ACARREADO

Como todos sabemos, este miércoles se dio el cierre de campaña de los candidatos a la Presidencia de la República. El candidato del PRI, Enrique Peña Nieto cerró campaña en la Macroplaza de Monterrey; Josefina Vázquez Mota lo hizo en Zapopan, Jalisco; Gabriel Cuadri en la Plaza de Armas de Aguascalientes; y el otrora 'Presidente Legítimo', Andrés Manuel López Obrador lo hizo en la Plaza de la Constitución, el Zócalo de la Ciudad de México.

Cada evento tuvo una cantidad diferente de público, dependiendo del arrastre que posee cada uno de los candidatos y desde luego, de la capacidad de las plazas en donde se llevaron a cabo los cierres de campaña de cara a las Elecciones del próximo domingo. Los más significativos, o cuando menos los más mencionados en los diferentes medios de comunicación fueron los de Enrique Peña Nieto y de Andrés Manuel López Obrador, quien como era lógico cerró en una plaza que él y su partido han tomado como propia debido a la aceptación y/o 'aceptación' que tienen en la capital del país.

¿Por qué menciono 'aceptación'?. Simple, porque TODOS y cada uno de los candidatos y partidos se encargan de llevar a 'su gente' a sus mítines y actos públicos, dicho de otra forma: a sus acarreados. Y no, el PRD no es la excepción. Innegable es la -para mi inexplicable- popularidad del candidato de las izquierdas y en general de su partido en la Ciudad de México, así como innegables son las presiones que algunos ciudadanos reciben para asistir a 'apoyar' a los candidatos del Partido de la Revolución Democrática. Quisiera decir que lo que leerán a continuación nadie me lo contó, pero por fortuna si me lo contó alguien que tuvo que cumplir con el requisito de asistir al cierre de campaña de AMLO. A continuación, me explico.

El pasado viernes me tocó estar presente cuando representantes y coordinadores de campaña de una candidata a Jefa Delegacional, le hacían la 'invitación' a alguien cercano a mi familia y a mi trabajo para asistir el mediodía del sábado a una reunión con dicha candidata y para que el miércoles los acompañara al cierre de campaña del candidato a Presidente de la República por el PRD, Andrés Manuel López Obrador con la condición de que a ese último evento tenía la obligación de llevar consigo a cinco personas.

El día lunes le entregaron en su domicilio unas pancartas de apoyo al candidato, playeras y gorras para él y sus cinco acompañantes, lo citaron para el miércoles, es decir, el día del evento en el mismo sitio donde se realizó la reunión del sábado para que de ahí, en punto de las 13 horas con 30 minutos a bordo de autobuses partieran rumbo al centro de la ciudad. A bordo de los autobuses todas las personas 'comprometidas' con el candidato y su propuesta en pro del 'cambio verdadero' recibieron como comunmente decimos, "su torta y su Boing" -literalmente- mientras poco a poco se acercaban al lugar del evento. Los autobuses se detuvieron a la altura de Lucas Alamán en San Antonio Abad y de ahí en grupo caminaron rumbo a la plancha del Zócalo donde permanecieron en espera de la llegada del candidato.

Tuvieron que pasar más de 4 horas para que Andrés Manuel López Obrador llegara al lugar alrededor de las 7 de la noche en un evento en el que por medio de las pantallas instaladas se le informaba a los simpatizantes, y desde luego a los 'simpatizantes', los pasos del candidato del PRD en su camino del Ángel de la Independencia al Zócalo mientras Ofelia Medina hablaba y criticaba a Emilio Azcárraga Jean por tener un yate y estar paseando -seguramente en pijama, según sus palabras- en el en ese preciso momento. En el evento, desde luego no faltó la 'variedad' al contar con algunos grupos musicales para amenizar la espera.

Los integrantes del futuro Gabinete de AMLO -en caso de que suceda algo extraordinario y el domingo revierta la diferencia de 15 puntos porcentuales que las principales encuestadores dan de ventaja a EPN, claro está-, incluído el actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard estuvieron presentes en el acto y al tomar el micrófono todos coincidían en que tenían el triunfo garantizado ante la algarabía de los presentes, que además de los simpatizantes, eran empleados del gobierno, vendedores ambulantes, 'puesteros' e incluso algunos comerciantes establecidos, quienes desde luego no querían tener problemas con su respectiva delegación.

Mi 'acarreado' me contó algunos pormenores del trayecto y del evento en si, como por ejemplo que hubo gente que en cuanto llegó AMLO y comenzó a hablar dio por terminado su compromiso e intentó abrirse paso para abandonar el lugar. Una de las calles más utilizadas pare esto fue 20 de Noviembre, donde infinidad de playeras blancas, amarillas y rojas avanzaban en sentido opuesto al lugar donde se llevaba a cabo el cierre de campaña. Tras pasear por las calles del centro y una vez terminado el evento, teniendo que regresar a los autobuses para volver al lugar desde el que literalmente los acarrearon, tuvieron que esperar a estar completos, cosa que nunca se dió y con varios lugares vacíos, -seña inequívoca de que varios de los 'simpatizantes' volvieron a casa antes de tiempo- emprendieron el camino de regreso para llegar a su colonia cerca de las 23 horas.

Aún sin conocer -hasta esta mañana- detalles del evento perredista, anoche cuando un amigo -simpatizante de AMLO- me dijo que había ido y que estaba orgulloso de haber estado en un evento político público en el que no hubo "ni un solo acarreado" no pude mas que sentir una extraña mezcla de ternura con pena ajena al momento que pensaba que aún hay gente que peca de inocente. Y digo esto no porque no simpatice con el candidato de izquierda, sino porque como dije antes me parece que TODOS los partidos llevan consigo acarreados a sus eventos, más si se trata de un cierre de campaña. Y como dije antes, el PRD no es la excepción y me consta.